NOTA | Amiztad (Yul Acri y Marcelo Zeoli) | Rockeros son los amigos

juan manuel strassburger
3 min readNov 5, 2021

Publicada el 19 de julio de 2007 en Suple No de Página 12

¿Cuánto vale la amistad en el rock? Si nos guiamos por los casos emblemáticos (Lennon & McCartney, Jagger & Richards, Tyler & Perry, ¿el Indio y Skay?), mucho. No sólo por las grandes canciones sino también por las historias de vida enhebradas a su alrededor. Como la de la dupla stone: indestructible a pesar de que Keith y Mick tengan cada vez menos cosas en común (salvo los propios Rolling Stones, claro). O la de los hermanos tóxicos: juntos en la juerga como en la internación y la resurrección (Aerosmith a fines de los ‘80). Y ni hablar de las tantas historias de colegio (acá: Spinetta y Del Guercio, antes de Almendra, compañeros de banco en el San Román) o de polleras (unidos y/o separados por una mujer). ¿Qué pasa con la amistad en el rock? ¿Es sólo entendimiento, mimesis patológica o perfecta complementación? En el caso de Amiztad, el proyecto que llevó adelante Yul Acri (ex Suavestar) y que en el camino sumó a Marcelo Zeoli (Los Látigos), Leo García, Fernando Nalé, Leandro Fresco y Daniel Melero, entre otros, se puede decir que hay un poco de todo eso. Y también algo más.

“Imaginate una fiesta de cumpleaños en la que dos personas se reclutan a grabar mientras los demás siguen de festejo. Así fue Amiztad (que es A por Acri y Z por Zeoli). Nadie convocó a nadie, nadie obligó a nadie, sabíamos que no teníamos un fin demasiado claro, y eso fue un poco lo que trajo la idea de hacer algo colectivo, que planteado no hubiera ocurrido de esa manera”, dice Yuliano desde el estudio de Los Látigos. “Fue un proyecto que yo tenía musicalmente armado, pero que quise mostrárselo a los demás para ver qué pasaba.” Lo que pasó fue que varios empezaron a meter mano aquí y allá (“con la libertad de decir esto es basura, esto es buenísimo”, remarca Acri) y el resultado es un disco con estribillos pegadizos (“La cuenta regresiva” tiene pasta de hit) y una ensoñación tan glam, libre y amiguera.

“Las composiciones son de Marcelo y mías, mientras que algunas voces, guitarras, arreglos son de Leo García y los demás. Melero se sumó al final como deconstructor de ideas.” Amiztad es interesante porque da una muestra del trabajo que desde hace rato vienen haciendo juntos Yuliano, Los Látigos, Nalé y, en otros discos, el omnipresente Lucas Martí (durante A-Tirador, socio compositivo de Yuliano) y el recientemente solista Migue García. Una estética detectable en las temáticas (pequeños melodramas del hombre sensible), los ropajes sonoros (preciosismo pop) y las maneras de cantar (entre Spinetta y Federico Moura). “Con Marcelo nos conocemos hace 12 años. Con ellos (Los Látigos) toqué la batería, el teclado y produje sus últimos discos. Tenemos esa confianza de destruir o alabar a otros músicos, es lo que nos une. Somos familias.” Y sorprende: “La censura que ocurre entre amigos es mejor que la censura profesional”.

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juan manuel strassburger

Periodista de espectáculos y cultura. Escribe en en Radar (Pag/12) y Sábado (La Nación). Antes: Clarín, Tiempo Argentino, La Mano, El Cronista y más